jueves, 1 de septiembre de 2011

No seas así

Bueno, bueno, ya va pasando el verano y sus vacaciones y vamos volviendo al tajo, a la rutina, a las amistades de siempre... precisamente hablaba la otra noche con una buena amiga, una que entiende de hombres, y me dejó muy impactado una frase suya que venía a ser:
"Para la mayoría los previos son un 68 y ya".
Hablábamos como comprenderéis de las cualidades amatorias generales, y lo que me dijo me sorprendió, porque yo sabía que había mucho hombre "limitadito" en estas lides, pero cuando te dicen que pueden ser fácilmente el 80% la verdad es que el mundo tal como lo ve uno da un vuelco.

¿Qué pasa aquí? Eso significa que un porcentaje bastante parecido de mujeres están mal fo... insatisfechas, ¿cómo puede ser eso? La primera reacción, claro, fue la de escandalizarme con el común de mi género: ¡¿pero qué os pasa, hombres?! La que está con vosotros en la cama no es una muñeca hinchable ni - presumiblemente - una mujer pagada. La que dejáis así es vuestra pareja, o al menos vuestra amiga "de confianza", ¿es que no véis que no se levanta sonriendo por la mañana?. Pero una rápida reflexión me hizo ponerle la pregunta: "Pero cuando te pasa, ¿se lo dices?". ¡¡¡Ahhh eso explica muchas cosas!!! Querida amiga, si cuando te dejan insatisfecha y te preguntan les dices que "ha estado muy bien" estás condenándote a la mediocridad sexual, y lo que es peor, condenando a las amantes posteriores que pueda tener ese hombre.

A ti, amigo varón, déjame decirte una cosa: si no se levanta cantando y bailando, o al menos sonriendo y muy alegre, es que algo falla. El buen sexo enamora y una mujer enamorada es visiblemente feliz en la mayoría de los casos. Sé que es difícil comprenderlas, que los hombres somos demasiado lineales para entender cómo funcionan, pero hay indicios que tendrás que aprender a ver si quieres realmente ser un buen amante. Además, cuando oyes por ahí "hablar con tu pareja" no se refiere a decirle guarradas durante el sexo, no sé si me sigues...

Y a ti, amiga que me lees, yo sé que es difícil mirar a los ojos al jadeante amante que te sonríe inquisitivo y decirle "pues no te queda, majo"; pero si algo tenéis las mujeres que no tenemos los hombres es empatía, ¿verdad? Conoces a tu hombre, seguro que sabes la forma de hacerle entender que ha de mejorar algún aspecto. Si le dices "tal vez podrías mejorar esto haciéndolo así o asá" seguro que no se ofende, ¿verdad? Pero por favor, ¡¡por favor!! No te calles. No te resignes. Y si se niega a aprender, ¡no te conformes, búscate otro! Porque amiga, hacérselo bien a un hombre no es demasiado complicado, somos así de simples cuando se trata de placer físico. Pero claro, si un hombre vive en la simplicidad va a ser muy difícil que vea por sí solo la complejidad y el amplio abanico de posibilidades del placer femenino, y de forma natural se va a limitar al reflejo de lo que a él le gusta.

Y es que el buen amante no es el que tiene el pene mayor, ni siquiera el que más tiempo aguanta usándolo. El mejor amante es el que tiene la mente más abierta y el interés más auténtico por dar placer. Comentaba mi pequeña crisis existencial con otra amiga la tarde siguiente y volvió a surgir entre risas la idea de fundar una "academia sexual", donde hombres y mujeres fueran a recibir lo que no se da hoy en ningún sitio: una auténtica educación sexual, tanto a nivel fisiológico, como psicológico. Ya que no tenemos la fortuna de recibirlo culturalmente, habría que llenar ese hueco con la educación adecuada. Eso, o me meto a porno-chacho...


martes, 9 de agosto de 2011

Las Salidas ( y las entradas )

Acabo de pasarme una semanita en Canet d'en Berenguer, vivan las vacaciones: sol, playa, piscina, mucho top less y poca ropa en los demás casos, pieles tostadas y ambientes distendidos. Llega un momento en que uno no sabe si es más el calor de fuera o el de dentro, y me consta que a ellas también les pasa. Y claro no hay nada mejor que refrescarse por fuera y por dentro, por fuera dándose un chapuzón donde le pille a uno más a mano y por dentro hidratándose bien con agua o mejor con jarabe de litrona o similares. Y si es en buena compañía, más diversión, porque las mujeres suelen ser muy frioleras y después de refrescarse convenientemente les suele apetecer volver a calentarse, y no está bien negarles ese alivio, ¡hay que ser caballerosos, amigo!

Total que sale uno en bañador, toalla al hombro, a pasear hasta la playa (porque no está la cartera para primera líneas) y va notando aquí y allá las miradas más o menos discretas de féminas de cualquier edad al cruzarse con ellas, y no todas van a los ojos. No es que uno sea un superdotado, no creas, pero si la primavera la sangre altera ¿qué no hará el verano? Me encantan las salidas... a la playa. O a la piscina. Incluso al monte, aunque no sea lo mismo, están muy bien.

Uno es hombre de recursos y tiró de contactos, porque hay que tener amig@s hasta (y sobre todo) en el infierno. Llamé a mi amiga S, vieja conocida de mucha confianza, cenamos, vimos un rato la tele y con el calor y tal acabamos salidos... al balcón, practicando el deporte favorito de muchos, ese sexo bueno de madrugada que invita a los oyentes a compartir pasiones y a los durmientes a soñarlas convirtiendo el complejo en algo así como una orgía en habitaciones separadas y eso sí, sin complejos: los gatos del barrio debieron maldecir a los humanos en celo que no les dejaban dormir.

Por lo demás y de re-entrada a la capi parece que al recuperar el ritmo cotidiano el hervor sanguíneo se tranquiliza un poco. Pero poco, es dejarse caer por la calle y me entran unas ganas de aullar a la luna que no me quiero ni acercar a la playa no sea que me líe...

¡Salidos y salidas, disfrutad del verano antes (y después) de la re-entrada!

jueves, 28 de julio de 2011

Sobre hombres y mujeres

Quiero inaugurar este blog, cómo no, con una entrada sobre lo que va a ser su contenido general, un tema ignorado e inexplorado como pocos y que sorprenderá por lo innovador: las relaciones entre hombres y mujeres.

No pienses que esto lo escribe un psicólogo ni ninguna clase de "hombre de ciencias". No, esto lo escribe un hombre "normal" (¿dónde está la normalidad?), con el que te puedes cruzar cualquier día en la calle sin darte cuenta, y sin que te llame la atención. Un hombre, si quieres, "de mundo", un genuino confaloniero vaticano, dispuesto a contarte - por si quieres leerlo - lo que por mi experiencia sé, y a escucharte si necesitas consejo.

Y puestos a empezar, puedo hacerlo contando lo que creo yo al respecto, que va muy al hilo de lo que dice el Dr. (psicoterapeuta argentino, ¡topicazo!) Norberto Levy: "Los conflictos entre lo masculino y lo femenino no son una guerra entre varones y mujeres, sino un problema que tenemos en común". Porque ellos se quejan de ella y ellas de ellos, pero no existe el "él" perfecto ni la "ella" perfecta, lo único que nos queda es buscar el acuerdo perfecto entre un él y una ella. Así que si buscas en este blog un campo de batalla para la "guerra de los sexos", ¡error!: si acaso se puede parecer más a una "guía para la paz de los sexos", que todos conocemos la frase hazme el amor y no la guerra, pero no todo el mundo sabe cómo ponerla en práctica, ¿verdad?

No hay hombre sin un lado femenino, ni mujer sin un lado masculino. Y, como son de cada uno, se suelen llevar muy bien. Los problemas vienen cuando hay que compaginarlos con los lados masculino y femenino de otra persona, ¿verdad? Qué difícil es ponerse de acuerdo, qué complicado avanzar sin tener que imponerse el uno al otro a cambio tal vez de ceder en otra cosa. Incluso en los raros casos en que la comunicación es fluida y abierta el acuerdo no es fácil y siempre implica sacrificios. ¡Ay, qué dificil es ser dos juntos!

Tal como yo lo veo, facilita las cosas si antes de ser dos se sabe ser uno. He visto (y tú también sin duda) demasiada gente que no sabe estar sola y que vuelca su "felicidad" en tener una buena relación. ¡Qué error, creer que tu felicidad depende de otra persona! Aunque cometer errores es lo más natural y habitual, o no hablaríamos tanto de este tema, ¿verdad?

En fin, si habéis llegado hasta aquí, gracias y espero que sigáis viniendo y, por qué no, participando.

Un bes, Lucrècia, germaneta!